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domingo, 1 de junio de 2014

BITÁCORA DE HENRY STEPHENS


NOTA DEL DIARIO LA DISCUSION DE CHILLAN DEL DIA DOMINGO  01 DE JUNIO DEL 2014...ACERCA DE UNA PUBLICACION MIA EN EL SITIO "CHILLAN ANTIGUO" EN EL CUAL COLABORO:

El norteamericano que escribió el Chillán de 1920, sus calles y sus mujeres

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Henry Stephen recorrió américa latina tomando fotografías y notas respecto de la forma de vivir en cada ciudad
En 1920 se editó un libro particular. Se llamó Journeys and Experiences in Argentina, Paraguay and Chile (Experiencias de viaje) y fue escrito por Henry Stephen en Nueva York. El profesor de Harvard había realizado poco tiempo antes una travesía por este lugar del mundo y no solo fue capaz de escribir cada una de las vivencias experimentadas, sino también, lograr captar a través de imágenes, la esencia de las zonas visitadas y sus habitantes. 
En este largo periplo llegó a Chillán, motivado por conocer las Termas y comprobar si efectivamente sus aguas eran tan medicinales como ya se catalogaban en aquel tiempo a través de varias publicaciones que recorrían el mundo. Pero acá se detuvo más tiempo, extasiado por las calles de piedra, el Mercado de
Chillán y su gente. 
El recuerdo lo realizó Chillán Antiguo, el grupo de amigos de Facebook que se ha dedicado a rescatar la memoria de esta ciudad tan antigua como afable. El dato llegó por intermedio de Verónica Quezada, fiel colaboradora del sitio de recuerdos que lidera el artista Máximo Beltrán. Verónica logró retraer la mirada de Stephen respecto de todo lo que vio en nuestra ciudad allá por el 1916, aún cuando el terremoto de 1939 no azolaba a sus habitantes. 
“La plaza del Mercado, pavimentada con piedras, es una zona amplia, llena de vida. Representada con toda una conocida variedad de vegetales y de una calidad destacada tal, que no conozco en ningún otro lugar parecido, a menos que esté en el mercado en Belgrado, Serbia. Chillán es el mayor centro comercial de cebolla en América del Sur y aquí se ven carretas de ese vegetal nervio-calmante amontonado en el suelo”, relata el norteamericano. 
“Muchas empresas de venta vienen a la ciudad la tarde del domingo y duermen durante la noche en sus puestos con el fin de cuidar sus mercancías y producir al amanecer del lunes, día en que se llenaba el lugar. Al margen de la zona están las cabinas de lona. Aquí se sientan señoras desdentadas y vírgenes de grandes pechos que ofrecen y venden a precios increíblemente bajos: fustas, reatas, correas y otras producciones de cuero hechas con sus hábiles dedos”, escribe detallando su visión de las chillanejas. 
Además, el autor es capaz de situarnos en calles del centro de Chillán. “Aunque la ciudad no tiene un sistema de tranvía eléctrico, sus coches de caballos son un duplicado de los tranvías de Santiago y Valparaíso. Tienen dobles cubiertas, la parte superior está reservada para aquellos que prefieren viajar en segunda clase. En otros medios de transporte no hay nada que presumir. Los coches piratas son anticuados, cerrados, las cajas negras de madera, mientras que los coches de silla son de la variedad antediluviano”, anota acerca del transporte.
“Las calles principales están bien pavimentadas con adoquines, pero las secundarias están mal pavimentadas con pequeñas piedras lisas, muy penoso caminar con zapatos de suela fina. Los edificios están bien construidos y el ladrillo rojo es más común que en las ciudades más al norte. Sin embargo, hay en Chillán casas con marco en los umbrales, más que en Santiago”, relató Stephen. 
“Hay varias plazas, pero la principal, O’Higgins, es la mejor, y en mi opinión es la más hermosa de Chile. No tiene ninguna capa de césped, pero sus grandes árboles dan un aire delicioso, refrescante en el calor de un día de verano. En este sentido, no es diferente a la Plaza Pringles de Argentina. Una banda militar toca aquí tres veces por semana en la noche y es un placer para los ojos cansados ver desde un banco, el pasar de las niñas bien formadas por el parque octogonal”. 
Finalmente, Henry Stephen logró llegar a las Termas de Chillán. “Las Termas de Chillán, como se conoce a los manantiales de agua caliente, se encuentran a cincuenta y siete millas al este de la ciudad de Chillán, en las cabeceras del Río Renegado, en las laderas del volcán Chillán, a 5.850 metros sobre el nivel del mar. Se sale de Chillán a las 5:30 A.M. y paseos durante dos horas en un tren ligero que se ejecuta en una especie de semicírculo hacia el este hasta la estación de Pinto, una distancia de veintidós millas. En Coihueco, a seis millas antes de llegar a Pinto, los agricultores están construyendo un ferrocarril que será un ramal de la vía, el gobierno debe suministrar los rieles. Esto se está haciendo para que los agricultores puedan obtener sus cosechas en Chillán. Pinto es un pueblo grande cerca de una legua al sur de la estación de ferrocarril del mismo nombre sobre el río Chillán”, escribio.

*HASTA AHI LLEGA LA NOTA DEL DIARIO


*Link del libro:

https://www.hellenicaworld.com/America/Literature/HenryStephens/en/ArgentinaParaguayChile.html
*ESTE ES EL AUTOR DE DICHO LIBRO: HENRY STEPHENS