Powered By Blogger

TRADUCTOR

jueves, 8 de marzo de 2018

"CAOS EN LA MENTE"

(Soneto)

Mil segmentos de vida van disueltos,
en esporas danzantes e invisibles.
Van en ondas, apenas perceptibles,
junto a un manto de tiempos  irresueltos.

Viajan lejos sin poder ser absueltos.
En impía penumbra irreversible.
Cual vetusta elegía inmarcesible,
cruza oscuros laberintos revueltos.

Telarañas enredan la conciencia,
fragmentada en misteriosos submundos.
Al filo del desborde de impaciencia.

Mente aciaga acertijo de la ciencia.
No hay escape en sus pozos tan profundos.
Solo angustia acompaña la impotencia...




MARÍA DEL ROSARIO MELCHORA PUGA Y VIDAURRE

(En el Día Internacional de la Mujer)

 Nació en Chillán el 6 de enero 1796. A los 21 años conoció a Bernardo O'Higgins, que entonces tenía 39 años. Era Mayo de  1817 cuando O'Higgins, llegó a Concepción. Era esperado por  sus  amigos y simpatizantes,  entre  ellos, el General  Juan  de  Dios  Puga, Gobernador de Concepción y padre de la
hermosa Rosario, que estaba separada de hecho, de su esposo José María Soto Aguilar. Era una dama
de tez blanca, rosada, cabellos pelirrojos y arrogante
postura, que pertenecía a una prominente familia de patriotas de Concepción, propietarios de extensas  tierras  al  sur  de  la Hacienda  Papal. Era  obstinada    y actuaba sin miramientos hacia las costumbres de la
época y su grupo social. Era especialmente  rebelde,  resuelta,  valiente  y  apasionada  – características
inadmisibles por la sociedad criolla en esas primeras
décadas del siglo XIX.
En  Agosto de 1817, O´Higgins parecio interesarse
formalmente en Rosario.
En Enero de 1818, lo acompaña a Santiago.
A su llegada a la capital, por orden de O Higgins se le
entrega a la Familia Puga, una de las casas más
opulentas de la época correspondiente a los
Marqueses  de la  Pica,   quienes  por  su condición
realista  la  habían  abandonado.
 En Santiago,  la jóven Rosario fue objeto de escrutinio público y escándalo, toda vez que no era aceptado socialmente  que una mujer separada, se allegara a un hombre  soltero.  Por  consiguiente, para  intentar  regularizar  su  relación  con O'Higgins, en 1818 solicita
 formalmente  a las autoridades religiosas y civiles su
licencia  de divorcio
   Del romance entre esta criolla y el Director Supremo nació el 29 de junio de 1818:  Pedro Demetrio O'Higgins, hijo natural del Libertador, a quien posteriormente reconocería como hijo.
   Esta relación duró hasta 1820, cuando O'Higgins discutió con Puga, no solo por su hijo Pedro Demetrio, sino porque además, ella lo culpaba de haber mandado asesinar a sus amigos: los Hermanos Carrera y al guerrillero Manuel Rodríguez Erdoíza. Debido a esto, ella perdió la custodia de su hijo Pedro Demetrio y nunca más lo volvió a ver.
   Posteriormente, se casó en 1829 con el Coronel José Antonio Pérez-Cotapos, patriota chileno al servicio del General José Miguel Carrera, con quien tuvo otro hijo, Federico Pérez-Cotapos Puga.
    Rosario, vivió  una  época  de  grandes convulsiones
políticas y notables momentos históricos para nuestro país. Fue el gran amor  de  Bernardo  O'Higgins  y  la  única  que  le  dio  un  hijo.  La  sombra  de O´Higgins
y su amado hijo Pedro Demetrio, penaron en sus recuerdos de vejez. La sociedad  de la época fue incapaz de
concebir el dolor, la tragedia y las pasiones que  la  atromentaron,  señalándola  y  apuntándola en   la  vieja  casona  de  calle  Santo Domingo en Santiago, comentando por muchos años
 que  “Allí vivio la Punta de Diamante" como le decian por sus grandes pechos.
 Después de morir Bernardo O'Higgins, ella logró ubicar y mantener correspondencia con su hijo Demetrio  entre los años 1847 y 1852, cartas plenas de sentimientos  donde, se  transmite el amor
de una madre, a quien se le arrebató de sus brazos
 a su pequeño hijo. Le expresa su  nostalgia y  el   deseo  de  estrecharlo  y  escucharlo  decir  mamá,  además  le solicita  que le escriba a  partir  de entonces
y envíe las  cartas a  nombre  de su abuela, doña Isabel
Vidaurre.
 Demetrio envía respuesta manifestándole  su  satisfacción e interés por verla y abrazarla, cosa que nunca se pudo concretar.
 Rosario murió en Santiago el 3 de enero de 1858, a los 63 años de edad y diez años más tarde, su hijo Demetrio.

(Fuente: Centro de Estudios Históricos Forenses)