La mirada de mi madre,
era nostalgia y nobleza,
de tiempos pasados,
niñez e inocencia.
Raíces y añoranza
de antiguos vagones,
de tren y estaciones,
en viejos veranos.
en viejos veranos.
Calor de familia,
en Choapa y su río.
Risas, ensueños
y amor de Estela, su tía.
Sabor de cazuelas,
damascos, brevas
y un queso de cabra,
chirriando en el fuego.
Noches de cuentos,
mitos, fantasmas
y un viento que sopla
y un viento que sopla
y apaga las velas.
Ausencia de padres,
sufrió en silencio
y era pura energía,
y era pura energía,
en su diaria rutina.
Sus compras, sus gatos
y algún buen concierto.
Su alma muy joven,
aunque tuviese bisnietos.
De muchas virtudes
y algunos defectos
mas ahora que ya no está
mas ahora que ya no está
demasiada falta nos hace.
Mantuvo sus sueños
como el viaje a Francia.
y guardaba recuerdos
en su profunda mirada.
La mirada de mi madre,
es la mirada
que más quisiera,
volver a reencontrar...
